viernes, 13 de mayo de 2011

Invierte en Municiones


La auto estima y la auto confianza son como las balas que lleva un soldado para la guerra. Cuando se van agotando, el soldado se va sintiendo vulnerable y desprotegido, se repliega sobre sí mismo, escondiéndose, evitando en todo momento sentirse expuesto. Sin embargo, lo que puede pasar por alto el soldado mientras va perdiendo sus municiones, es que se convierte en una presa fácil para el enemigo.

El soldado podrá tener el mejor armamento y la última tecnología, pero éstas no serán realmente eficaces sin las municiones adecuadas. Sin éstas, difícilmente será capaz de cumplir sus objetivos y probablemente hasta cometa alguna locura.

Por esta razón, es absolutamente necesario recargar frecuentemente nuestras armas. Un buen Gerente invierte diariamente en municiones, pero de qué manera las cultiva, cómo evitamos quedarnos desprotegidos?
 
Qué representan las balas de esta analogía en términos prácticos para un Gerente?

En primer lugar, sería muy útil analizar las razones por las que no tenemos suficientes municiones. Tenemos que comprender el por qué nos sentimos inseguros, qué situaciones nos generan inestabilidad, miedo, angustia... Para esto, es necesario hacernos preguntas claves que nos conducirán a retomar nuestro camino y encontrar respuestas a nuestras incertidumbres. Por ejemplo:
  • Será que nunca he vivido alguna situación similar y no sé cómo reaccionar?
  • Será que carezco de algún conocimiento, habilidad o experiencia?
  • Será que le temo a lo desconocido?
  • Será que me siento intimidado por alguien o por algo?
  • Será que no creo realmente en el suceso del proyecto?

Quizás el paso más difícil sea darnos cuenta de que nos faltan municiones, aceptar que carecemos de algo importante para continuar, reconocernos en falta. Esto puede provocarnos dolor, angustia, ansiedad, sobre todo si ocupamos cargos de gran responsabilidad o si estamos acostumbrados a dar una determinada imagen ante los demás. Sin embargo, si somos sinceros y asertivos con nosotros mismos, habremos dado el primer gran paso para recargar nuestras armas.

Una vez que aceptamos, el siguiente paso es ver la situación de dificultad como una oportunidad de mejora y de crecimiento, no solo personal sino profesional.

Dejando de lado las individualidades, podríamos hacer una pequeña lista que puede ser de utilidad para reforzar nuestro armamento:

1- Conviértete en un experto. Un gerente debe leer, estudiar y convertirse en el mayor conocedor de todo lo relacionado con el tema en el que está trabajando. El ser humano siente ansiedad y temor frente a lo desconocido, por lo tanto, si manejamos el tema, conocemos sus pormenores, nos sentimos más seguros, más capaces y más motivados.

2.- La inseguridad ante las capacidades de otras personas generalmente es el reflejo de nuestros miedos. Par superar esto, tenemos que hacer consiente que muy probablemente el problema esté en nosotros y no en la otra persona. De igual forma, también tenemos que aceptar que ser "El Gerente" no siempre implica ser la persona que más sabe. Un buen gerente se rodea de personas especializadas, más preparadas en distintas áreas que él para poder lograr sus metas. Esa persona que nos intimida podría eventualmente ser la clave para el suceso...

3.- La motivación puede influenciar significativamente la auto estima. Cuando establecemos objetivos a muy largo plazo tendemos a perder la esperanza. En este caso conviene dividir el problema en pequeños sub-problemas y festejar los logros en cada fase.

4.- El entorno que nos rodea nos bombardea con noticias y situaciones que pueden condicionar nuestro estado de ánimo. Es necesario crear un ambiente de trabajo que minimice lo negativo y refuerce lo positivo. Es importante fomentar una nueva forma de pensar que evite la palabra "problema", que busque identificar las causas y no los culpables y donde no se acepten quejas sin propuestas de solución.

Ahora ya tienes algunos tips... No te quedes sin municiones!