domingo, 19 de junio de 2011

Motívate y motivarás

Hoy hablaremos de un tema muy común y tristemente desatendido en nuestras empresas.
Cuando se trabaja con equipos, independientemente de la naturaleza que tengan, resulta sumamente importante conseguir que éste mantenga el ritmo de la “productividad” en periodos de tiempo prolongado. Productividad entendida como la capacidad de llevar a cabo su misión eficientemente con niveles deseados del rendimiento.
Más allá de que la motivación sea un proceso subjetivo que depende principalmente de factores internos, esta atracción personal que sentimos hacia un objetivo puede verse influenciada por el nivel de motivación que el gerente sea capaz de transmitir.
Es importante que el equipo sienta que realmente existe un líder que demuestre que sabe hacia dónde va, que no se deje abatir tan fácilmente por los altos y bajos del día a día, que en momentos de crisis no confunda el desahogo y la autoridad con la falta de respeto, que reconozca privada y públicamente el trabajo bien hecho, que demuestre un fuerte poder de convocatoria y convencimiento, que tome en cuenta las opiniones de su equipo e intente tomarlas en cuenta de forma integradora.
Podría pensarse que éstas son características ideales, difícilmente alcanzables, sin embargo, más allá de lo que se cree, un buen gerente llega a serlo gracias a la práctica, a su propia capacidad de auto superarse con cada experiencia vivida, más que a su propia formación.
¡Fortaleza bajo presión!
¡Es un hecho!, el equipo es fácilmente influenciable por el estado de ánimo de su líder por lo que es imprescindible aprender a transmitir una actitud positiva y enérgica para mantener el barco a flote y para que el mismo barco genere en contrapartida más energía positiva para retroalimentar al gerente.
Algunas ideas para mantener la motivación podrían ser las siguientes:
  1. Es importante que el equipo completo esté claro hacia dónde se dirige y cuáles son los objetivos específicos que necesitan alcanzar. Un horizonte claro, hace más corto y ameno el camino.
  2. Los objetivos deben ser creíbles. Necesitamos creer en aquello para lo cual luchamos, hacerlo propio y cercano.
  3. Se recomienda plantear los objetivos a corto plazo y si son planteados a mediano o largo plazo, resulta mejor subdividirlos en tareas más sencillas.
  4. Igualmente, es necesario medir el éxito alcanzado durante el camino. A medida que vamos evaluando lo que hacemos, los resultados nos van reflejando aquello que debemos mejorar, pero también nos muestran aquello que hemos hecho bien y es muy necesario celebrar con nuestro equipo cada pequeño logro, reconociendo el esfuerzo invertido.
  5. Realizar reuniones periódicas con el equipo de trabajo. El equipo debe poder expresarse, argumentar y dar ideas, debe sentirse escuchado. Al fin y al cabo, son ellos quienes se enfrentan diariamente a la realidad de los conflictos, los que poseen la información necesaria para cambiar el rumbo de las decisiones de acuerdo a las incidencias que perciben cada día.
  6. Debe existir una óptima relación entre esfuerzo invertido y la recompensa conseguida. Si queremos motivar, debe existir equidad retributiva a lo vertical y horizontal. De igual modo, esta retribución (OJO, no solamente monetaria) debería ser suficiente, esto es, que corresponda con el esfuerzo invertido para que se convierta en el catalizador que impulse nuevas acciones.
  7. Es necesario que las tareas y funciones estén distribuidas equitativamente. Una mala distribución de las funciones es un motivo constante de desmotivación en nuestras empresas, para ello es importante, no solo que se establezcan responsables claros, sino también que las cantidades sean proporcionalmente equitativas, agregando a esta planificación los plazos necesarios para cumplirlas.
  8. Una de las cosas más importantes es la firmeza en nuestras decisiones. Sea lo que sea que prometamos, debemos cumplirlo. Además de dar ejemplo y proyectar respeto, esta actitud nos permitirá establecer límites claros y necesarios para una relación laboral comprometida.
Nuestro gerente debe ser líder, experto y conocedor, debe sentirse parte del desarrollo del proyecto, acompañar y apoyar a su gente. Este compromiso, esta identificación es el principal componente que impulsa y promueve fidelidad. Y ¿qué son las empresas hoy en día sin la fidelidad de sus empleados?


Este post, puede servirnos de reflexión en nuestra práctica profesional, ayudarnos a vernos, evaluarnos y aprender a visualizar con humildad cuáles son aquellas cualidades que tenemos que reforzar para llegar a ser buenos líderes y contribuir como motores o catalizadores para una fuerza de trabajo cada vez más eficiente.