En
estos tiempos que corren que solemos llamar con ahínco "tiempos de
crisis" cobra sentido el preguntarse CUÁLES SERÍAN LAS HABILIDADES MÁS
IMPORTANTES A DESARROLLAR para poder continuar siendo competitivos en el
mercado...
Como
producto de un brainstorming podríamos citar aquí algunas como el manejo de la
incertidumbre, la resiliencia, la visión conjunta, la adaptación a diferentes
entornos, el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la gestión del
tiempo...y todas aquellas competencias trasversales que nos permitan ser más
adaptativos a esta vorágine de cambios que golpea con gran fuerza a nuestras
empresas y más directamente a nuestro dominio personal.
Sin
embargo, ¿Cómo las obtenemos?, ¿De dónde las sacamos?
Más
allá de nuestra formación profesional, llegamos a ser realmente competitivos si
sumamos en el manejo de estas destrezas que vamos desarrollando precisamente a
medida que nos enfrentamos con
situaciones difíciles, permitiéndonos transformar conocimientos en
comportamientos y conduciéndonos a dar respuestas más adaptativas a situaciones
de mudanza.
No
obstante, a pesar de ser esto lo que efectivamente hace la diferencia a la hora
de enfrentarnos con éxito a situaciones conflictivas, muchas pequeñas y hasta
medianas empresas dejan de lado una gran oportunidad para mejorar el clima y
solidificar su cultura organizacional, pudiendo aumentar la fidelidad de sus
empleados si se tomara en cuenta una mejor gestión del cambio entrenando y
abriendo espacios para el desarrollo de estas habilidades.
Paradójicamente,
en la mayoría de los casos la reducción de costos comienza por el departamento
de Recursos Humanos...Si dejamos de lado aquello que realmente nos revalorizaría
como empresa, como personas...podríamos realmente aspirar a transformarnos en
algo mejor? o simplemente aspiramos a sobrevivir...?
Para
salir de la crisis fortalecidos, es necesario visualizarla como una POSIBILIDAD
DE TRANSFORMACIÓN y para ello debemos desplegar todos nuestros recursos como
instituciones o como individuos para disponernos al cambio. El poder vislumbrar
una salida airosa a nuestra situación depende de nuestro cambio de consciencia y para poder percibir estas
dificultades actuales como posibilidades de crecimiento, hace falta romper
barreras internas muy incrustadas en nuestra forma de pensar, de creer y de
sentir, que pudieron habernos sido útiles en un pasado pero HOY representan
nuestras mayores limitaciones.
Igualmente,
es necesario superar ciertas dificultades que tienen que ver con el "locus
de control" es decir, con el dónde colocar la responsabilidad de lo que
nos ocurre, si fuera o dentro de nosotros (seamos un país, una empresa, algún departamentos
o simplemente; ciudadanos). El cambio siempre viene de adentro hacia afuera. Para
poder romper con la pasividad que nos sumerge en una constante crítica,
tendríamos que evaluar aquello que sí nos compete dentro de nuestro campo de
acción y ACTUAR!!!
El cambio
de perspectiva para poder ser más flexible ante una nueva realidad se hace
urgente en nuestros días, así como el dejar de utilizar la crítica como escudo
para no ver nuestra responsabilidad. No esperemos a que el otro haga por nosotros,
dejemos de vivir con miedo al riesgo y asumamos el reto de desarrollar por
nosotros mismos aquellas habilidades que se construyen en estos momentos y que
nos forjan como personas más exitosas.
Cabría
citar a Alvin Toffler cuando comenta: "Los analfabetos del siglo 21 no
serán aquellos que no saben leer y escribir, sino aquellos que no puedan
aprender, desaprender y reaprender. Un analfabeto será el que no sepa dónde ir
a buscar la información que requiere en un momento dado para resolver un
problema concreto. La persona formada no lo será a base de conocimientos
inamovibles que posea en su mente, sino en función de sus capacidades para
conocer lo que precise en cada momento"
En
resumen, el desarrollo de estas
habilidades depende de nosotros mismos.
Atrevámonos a ser entonces AUTODIDACTAS, INNOVADORES, CREATIVOS,
anticipémonos a las demandas del entorno y seamos agentes propiciadores y
favorecedores del cambio.