miércoles, 27 de abril de 2011

Antes de ser Gerente hay que ser Gente



Sobre qué bases se sustenta el éxito de las empresas hoy en día? El éxito de una empresa pasa en gran parte por su habilidad para manejar a sus recursos humanos. Un recurso humano que por su naturaleza tan cambiante y dinámica no puede ser tratado de la misma forma como solía hacerse hace “apenas” 5 años.

Este concepto muta constantemente, quizás hasta “violentamente” por lo que se hace indispensable  una postura adaptativa, flexible que acompañe este movimiento. La buena gestión del talento humano es una de las cualidades indispensables que tiene que tener el gerente actual.

Este requisito le acercaría indiscutiblemente al éxito, sin embargo también es una de las más complicadas cualidades que hay que fomentar. Para ello, primero hay que crecer personalmente, convertirse en un verdadero líder sensible a las motivaciones humanas y a la vez humilde, sobretodo para reconocer cuándo otros están mejor cualificados. Como ocurre con frecuencia.

Este último punto adquiere suma importancia cuando analizamos que el propio gerente es también un ser humano con experiencias y vivencias que le han forjado un carácter pero que eventualmente puede sentirse vulnerable ante la competencia de su propia plantilla o de las vicisitudes del día a día.

La forma cómo el gerente encara estas vulnerabilidades y complejos, puede ser la clave y marcar la diferencia entre una buena o mala gestión. El no gestionarlo de manera adecuada, generaría frustración, clima inadecuado, desmotivación…y una alta rotación de personal.

Este tipo de situaciones es más notorio en empresas pequeñas del tipo familiar con estructura piramidal, donde el jefe no necesariamente tiene la experiencia y preparación necesaria para serlo, habitualmente es un emprendedor, un familiar o hasta un profesional contratado sin un proceso de selección adecuado. Lo importante es que muchas veces no tiene los argumentos suficientes para canalizar estas situaciones e intenta evadir y escudarse asumiendo comportamientos extremos que pueden ir desde un perfil autoritario que utiliza el miedo, las amenazas y la manipulación para conseguir sus objetivos; hasta comportamientos inseguros, contradictorios y/o sin carácter que siguen la corriente de los empleados para evitar conflictos.

Es necesario entender que las formas de dirección han cambiado y siguen cambiando. Esto es una realidad, ya no es a través del control y la autoridad como mejor se gestiona, sobre todo cuando se trata de personas cualificadas que al percibir estas actitudes, se reprimen de toda posibilidad de desarrollar su talento dentro de ese lugar y en consecuencia, se aburren y emprenden nuevamente una búsqueda hacia un mejor horizonte profesional.

En cualquiera de los casos, esta situación puede atenuarse a partir del momento en que el gerente toma conciencia de ella y la interioriza. Luego comienza un proceso de aceptación donde se comprende que ser gerente no implica ser la persona que sabe más o que es más capaz, sino simplemente la persona que organiza y canaliza los recursos para lograr los objetivos deseados. Finalmente este autoconocimiento genera una serie de procesos internos que se traducen en una mejor autoestima.

Y esta es la clave: LA AUTOESTIMA. Cuando una persona se siente bien consigo misma, no necesita fingir, sabe que cuenta con las herramientas suficientes para enfrentar las situaciones de su día a día, fluir en su trabajo y contagiar a otro con su autoeficacia. Esa persona es más auténtica, consigue inspirar a los otros. Esa persona es más Gente.

Por eso, antes de ser Gerente hay que ser Gente.



miércoles, 16 de marzo de 2011

El arte de gerenciar!

Nos gustaría comenzar este recorrido debatiendo el significado del concepto de
gerencia y su fundamentación en la práctica.
Un concepto de gerente podría ser la persona encargada de generar resultados de forma eficiente en una empresa.
De este concepto tan general, podríamos extraer algunos puntos importantes.


1.- El gerente solo existe para cumplir objetivos. Aunque suene un poco rudo y simplista, en efecto, el gerente es necesario únicamente para llevar a cabo una serie de procesos y lograr que se cumplan una serie de objetivos. Cuando hablamos de objetivos nos podríamos referir, por ejemplo, a incrementar las ventas, motivar al personal, crear una marca, organizar un evento, establecer metas, negociar, etc.

Lo importante es que la gestión del gerente sea eficaz. Si no lo es, deben evaluarse entonces muchos frentes, entre ellos; el realismo de los objetivos planteados y también la capacidad de gerenciar. Puede ser que quien desempeñe las funciones de gerencia, si no logra discriminar cuáles son los problemas que le están impidiendo conseguir resultados, no cuente con la suficiente experiencia aún como gerente y necesite de mayor entrenamiento en habilidades y/o experiencias, y esto debería llevarlo a una reflexión personal y profesional.

2.-  Ser "Encargado" implica Responsabilidad y la responsabilidad consiste en responder por las propias acciones. Es darse cuenta de lo que hay que hacer y actuar en consecuencia. Un gerente debe ser capaz de tomar decisiones en el momento acertado y asumir las consecuencias sin buscar “culpables”.  Estas decisiones siempre acarrearán consecuencias y las causas de que los objetivos no se cumplan habrá que buscarlas tanto en el exterior como en el interior (del gerente, de su equipo de trabajo) y mucho más frecuente de lo que nos gustaría llegar a creer, somos nosotros mismos los responsables de lo que (nos) ocurre.

3.- Ser "Encargado" implica también estar a cargo de los recursos.
El Gerente debe planificar, organizar, dirigir y controlar la correcta utilización de los recursos disponibles para alcanzar la meta y entre ellos se encuentran los humanos, físicos y también financieros.

4.- De preferencia el gerente debe ser Eficiente.
Los objetivos deben ser conseguidos al menor costo posible y con el menor impacto en los recursos disponibles. Es importante resaltar que para un gerente la Eficacia debe ser indispensable mientras que la Eficiencia debe ser una buena práctica.

Nosotros queremos ir más allá de esta visión. Más allá de que la figura de un gerente represente a la persona encargada de generar resultados de forma eficiente en una empresa, sus virtudes y características personales deber llevarle a contagiar, inspirar y movilizar a otros hacia un objetivo en común.

Me atrevería a decir, que no solo debe conducir a otros a conseguir resultados eficientemente, sino también a que se involucren en un compromiso único de fidelidad que les asegure una identificación con esa meta o misión y que les permita a su vez llevarla a cabo con éxito. Guao, vaya responsabilidad que tenemos al gerenciar (nos).

Mucho se habla de liderazgo, de inteligencia emocional, de habilidades directivas… y te has preguntado cómo repercute el ser líder en tú vida? Sabemos realmente lo que significa ser líderes en algo y/o para alguien? Creo que nos deberíamos hacer muchas preguntas, como por ejemplo; qué imagen de mi quiero transmitir a los demás?, con qué recursos cuento para contagiar, para motivar?, qué aspectos de mi experiencia de vida o de mi trayectoria profesional me sirven para inspirar a otros? Mi actitud (en el trabajo) es realmente estimulo consistente para otros? Qué me hace falta para ser un buen modelo? Qué necesito para ser un gerente eficiente y eficaz?

Todos podemos ser gerentes, independientemente del cargo que ocupemos y aquí cito a Robin Sharma cuando dice,  con su magnífica frase,  “hay que ser líderes sin título". Siendo modelos, podemos contagiar esta virtud a los otros y propagar este valor.

Atrévete a ser creativo y a contagiar a otros siendo el mejor en lo que haces!!!