lunes, 19 de septiembre de 2011

Y tú, ganabas el concurso?


Se cuenta…


…que la predicción meteorológica del fin de semana anunciaba días grises, fríos y de mucha lluvia... Una pena, porque era el último fin de semana antes del gran concurso de fotografía de montaña.
Los tres participantes, de forma independiente, habían planificado exhaustivamente y durante aproximadamente un año lo que iban a fotografiar “ese sábado”, con la ilusión de tener en sus manos la foto ganadora!!


Con las ideas muy claras, cada uno pensaba que era imposible perder el concurso, saboreando anticipadamente el triunfo... Hasta que la chica del tiempo anunció sus presagios por la televisión...


El mayor y más pesimista de los tres desistió inmediatamente. La foto de sus sueños necesitaba el sol radiante de las diez de la mañana, pero en un día de lluvia era simplemente imposible... y a pesar de que la predicción del tiempo anunciaba el inicio de la lluvia para el mediodía, prefirió quedarse en casa y así evitar también un resfriado.


El segundo participante, era optimista por naturaleza y como la mente positiva atrae cosas positivas, decidió hacer caso omiso de las predicciones climáticas... -“Siempre se equivocan”- comentaba esperanzado.


La fotografía que idealizaba necesitaba la luz de un atardecer sin nubes y estaba convencido que el clima mejoraría y tendría la oportunidad de tomarla. Tenía que ser “esa foto”, porque si no, no sería “perfecta”... Así que decidió sentarse bajo un árbol a esperar a que dejara de llover y apareciera el momento perfecto para su fotografía. Estaba tan convencido de que no le molestaban las gotas, que comenzaban a salpicarle a travesando las hojas de su improvisado resguardo.


Mientras tanto, al escuchar las horribles predicciones de la chica del tiempo, el tercer concursante se vistió ropas adecuadas y decidió ir rápidamente a la tienda más cercana a comprar un paraguas, una funda especial para proteger su equipo de la lluvia y hasta un filtro polarizador para eliminar algunos reflejos. Había leído alguna vez, que la lluvia era especialmente interesante en la fotografía, pudiendo incluso llegar a ser un elemento diferenciador de paisajes, si daba la casualidad de que las precipitaciones se combinan con claros de luz. Buscó entonces el parasol del objetivo y no olvidó las bolsitas de gel de sílice para evitar eventuales condensaciones por cambios bruscos de temperatura...



También imaginó una fotografía ideal, con mucho sol y un cielo despejado, era una desgracia, pero la realidad era otra y quería ganar el concurso... Así que decidió ir desde muy temprano para ver si aparecía alguna oportunidad diferente y única...


Los resultados del concurso no han sido publicados todavía.


Independientemente del ganador, esta pequeña historia ejemplifica tres posturas diferentes ante la vida. Normalmente las cosas no ocurren tal como las planeamos, pero es importante creer y tener la capacidad de adaptarnos para sacar el mejor provecho de cada situación.
Dentro del mundo empresarial, esto es una imperante realidad a la que debemos hacer frente diariamente. Por más de que intentemos cambiar el curso de las circunstancias, en la mayoría de los casos se imponen condiciones externas que escapan de nuestro control.


Aquellos que logran ajustarse a las nuevas realidades, siendo flexibles, ampliando su percepción y siendo capaces de modificarla en pro de la consecución de los objetivos, serán siempre los que lleguen a la meta con éxito.




Y tú ganabas el concurso?