Para poder respetar los principios de la mejora continua,
necesitamos tener la valentía de reconocer objetivamente nuestra situación
actual y para ello tenemos que estar abiertos al feeback. Estar abiertos al
feedback significa recibir sin resistencias las críticas constructivas que
puedan tener todos aquellos elementos que formen parte de nuestra cadena de
interacción, a todos los niveles.
No es fácil admitir nuestros errores, reconocer que aquello
que pensamos que estamos haciendo bien, no está dando los resultados esperados.
No es tarea sencilla darnos cuenta de que tenemos fallos, de que la imagen que
proyectamos puede ser diferente de la que pensamos e incluso que seguramente no
sea la misma que reciban todos los sectores de la empresa por igual. Sin
embargo, si queremos y buscamos la excelencia, necesitamos abrir los ojos y
también los oídos e invitarnos a la reflexión.
La percepción de la realidad siempre está sujeta a la interpretación
que le queramos dar a los datos que recibimos y aquí está el gran riesgo de no
poder ver la situación tal cual es. No hay verdades absolutas, cada opinión,
cada aporte debe ser recibido como una verdad de quién la transmite y en vez de
negarnos a darle credibilidad o subestimar su aporte, debemos simplemente
tomarlo como un elemento más de análisis que ha salido a la luz y sin
desestimarlo, ver en qué medida puede ser atendido. Al fin y al cabo tiene (en
mayor o menos medida) un impacto en nuestra realidad.
En los resultados del análisis del clima en las empresas,
suele darse una gran resistencia a aceptar la información que puede llevarnos a
un cambio transformador. En ocasiones parece que se hacen procedimientos
estandarizados para este diagnóstico solo por compromiso o como cumplimiento de
un requisito corporativo. Sin embargo, cómo es manejada esta información? Cómo
es interpretada? Qué medidas se toman al respecto? Cuál es el alcance de los
planes de acción? Qué aspectos se dejan de lado? Por qué?
Si no somos capaces de aceptar las consecuencias de iniciar
un cambio de mejora, será mejor no iniciarlo. No solo damos falsas expectativas,
sino que también la percepción de credibilidad en la gerencia disminuye y
traerá como resultado un decremento de la motivación que se traducirá inmediatamente
en una baja productividad.
Si buscamos triunfar hay que revisarse continuamente, el
propio conocimiento nos permite saber con qué recursos contamos para hacerle
frente a las distintas demandas y a la vez nos informa de qué
necesitamos reforzar, eliminar, mejorar, para causar un impacto más positivo en nuestro entorno. Esta es la única manera de anticiparnos a los cambios con
seguridad.
Las causas del mayor número de quiebres de pequeñas empresas
se deben a una carencia en la competencia y el conocimiento de la administración
y la gestión de recursos humanos (entre otros factores) Esto incluye el
desarrollo de políticas de personal inconsistentes; es decir, inadecuada
selección de personal, carencias en la dirección de equipos, escasa o nula
fuerza de capacitación, ausencia de detección de necesidades, carencia de
reconocimientos e incentivos (no necesariamente económicos) falta de
credibilidad y de justicia en las decisiones estratégicas, y muchos más…
Para la propia supervivencia, es fundamental reconocer
nuestras limitaciones y todos aquellos recursos y capacidades para hacerles
frente. Hacer de esto un conocimiento periódico no solo nos permitirá adquirir
destrezas y habilidades de adaptación al cambio, sino que nos impulsará a ganar
más seguridad en el momento de tomar decisiones que con certeza nos conducirán
al éxito.
Se cree, erróneamente, que es necesario mantener una imagen
de fortaleza para mantenerse competitivamente en el mercado, además, desde la
perspectiva del empresario, el aceptar la parte negada en su totalidad, podría
representar una apertura a la tan despreciada vulnerabilidad. Desde mi
criterio, esta falsa apariencia, al no ser real, terminará por desvanecerse,
llevándose consigo una carga energética muy grande que podríamos haber empleado
de manera más eficiente en desprendernos de creencias inútiles y aprender a
trabajar de forma más inteligente.
El sol no se tapa con un dedo, siempre la realidad se
impondrá a nuestras resistencias y terminaremos dándonos cuenta de todo aquello
que intentábamos con tanto esfuerzo ocultar. Ojalá que cuando esto ocurra, aún
estemos a tiempo de entrar en acción y modificarlo.